Aunque todo el mundo sabe que tengo mala memoria (algunos me dicen que lo que tengo es memoria selectiva, que conveniente si eso fuera verdad), pues eso, a pesar de mi mala memoria, hace algún tiempo que la situación que estamos viviendo, y que parece no tener fin (como el "aullido interminable" de José Agustín Goytisolo cantado por Paco Ibáñez), me recuerda algunas de las películas americanas de los tiempos de la gran depresión o anteriores. Me vino a la cabeza la película muda "Y el mundo Marcha", de King Vidor, cuyo título original es "The Crowd" (La Muchedumbre), de esas pocas veces en el que el título en español y el original describen magníficamente el mensaje de la película, cuando la vi por primera vez hace ya muchos años, en esas madrugadas imborrables de la segunda cadena, no solo me conmovió, sino que dejó un poso como sólo nos dejan con más fuerza las vivencias propias.
Y es que, lo que ya nos decía nuestro profesor de historia en el instituto, eso de que la historia es cíclica, que hay acontecimientos que se repiten, y que escuchábamos como relatos lejanos y ajenos, hoy se nos confirma como laceraciones en nuestra mente.La situación que estamos viviendo es difícil, inimaginable hace tan solo unos años, y lo que es peor, el mundo ya pasó por situaciones parecidas, todo sabemos a lo que llevaron, cometemos los mismos errores, el crecimiento de movimientos más viscerales e intolerantes puede que esté en el ser de la humanidad, puede que sea incontrolable cuando el ser humano se convierte en "muchedumbre", pero al fin y al cabo también fuimos los humanos los que conseguimos llegar en muchos casos a la cumbre del desarrollo del arte, la cultura, la tecnología, y de lo que es mejor de la búsqueda de la igualdad y la tolerancia, no podemos perder la empatía, tenemos que saber cuando hay que cambiar el camino, dijo el siempre citado Groucho Marx "paren el mundo que yo me bajo", eso es lo que nos pide el cuerpo, pero aunque sea mucho más difícil creo que tendríamos que hacer un esfuerzo por cambiarlo. Todos.
